Gracias
a Hugo Coya muchos usuarios de Facebook se han enterado que en la
telenovela “Amor à Vida” (“Amor a la vida”) que acaba de terminar en
Brasil y que en español ha sido traducida como "Rastros de Mentiras", se
dramatiza por primera vez un beso gay.
Según
detalla el destacado periodista, la telenovela transcurre buena parte
en el Perú y cuenta en su elenco con Antonio Fagundes que hace del padre
homofóbico y machista; Susana Viera, José Wilker, entre otros. Además
de los problemas que enfrentan los homosexuales, también se habla de
racismo, discriminación (burriers peruanos y bolivianos así como los
autistas), el tráfico de drogas, el conflicto entre judíos y palestinos,
la prostitución, vientres de alquiler, entre otros.
Las
cifras preliminares de sintonía señalan que el capítulo final alcanzó
44 puntos de rating en Sao Paulo, compitiendo con otras telenovelas como
"Vale todo", "La próxima víctima" y la reciente "Avenida Brasil".
La versión digital de El País de España publicó un artículo sobre la telenovela brasileña y el beso gay.
La
campaña comenzó a ganar fuerza los últimos meses, cuando Félix, el
villano gay de la novela Amor à Vida, de TV Globo, se descubrió como una
buena persona y, con la simpatía del público, empezó un romance con el
sufrido Nico, otro personaje querido por la audiencia. Pero esta última
semana, la expectación alcanzó niveles altísimos. De las ancianas en
gimnasia acuática a los internautas, solo se hablaba de una cosa: el
posible beso gay entre los dos personajes. Voces de la calle y de
Internet clamaban: "¡que se besen, que se besen!".
El beso era un
hito histórico. El fin de un tabú en la principal cadena de televisión
del país. Creadora de las grandes telenovelas brasileñas, que en los
capítulos finales llegan a paralizar al país, TV Globo no había mostrado
hasta hoy a dos personajes del mismo sexo que hicieran explícito su
amor. Se casaban, tenían hijos, compartían cama. Pero nunca se besaban.
Una postura polémica, si pensáramos en la colección de escenas de sexo
exhibidas por las mismas historias sin ningún pudor a lo largo de todos
estos años. ¿A cuántos niños, hoy treintañeros, les habrán tapado los
ojos sus padres ante las caricias íntimas entre personajes de las
novelas de Globo?
A lo largo de muchos años, la actitud de la
emisora frustró a la comunidad LGTB. En 2005, la misma expectación
creada ahora por la pareja de Niko y Félix surgió al final de la novela
América. Los actores Bruno Gagliasso y Erom Cordero llegaron a grabar el
beso que iba a marcar el final feliz de sus personajes. En el último
capítulo, la posibilidad de romper el tabú le dio a la novela un récord
de audiencia. Pero, en el momento de la verdad, la dirección cambió de
idea y vetó la escena. A lo largo de la historia de las telenovelas, al
menos otras tres parejas homosexuales tuvieron un desenlace similar.
Una de ellas, formada por las jóvenes y bellas Paula Picarelli y Alinne
Moraes en Mujeres Enamoradas, llegó a intercambiar un beso rápido al
final. Pero en la trama, las dos participaban de una obra de teatro en
la que interpretaban justamente a una pareja heterosexual: Romeo y
Julieta.
Quedó para el canal SBT, con sus novelas de menor
prestigio, el papel de protagonista en este aspecto: exhibió el beso
entre dos mujeres en la novela Amor y Revolución, en 2011.
Este
mes, la trama de Niko y Félix creó una novela paralela en el mundo real.
El primer capítulo fue la noticia de que el director, Walcyr Carrasco,
había recibido permiso para grabar la escena. En seguida se supo que
había sido grabada. En la tarde de este viernes, los columnistas de
telenovelas confirmaron: sí, los jefes, esta vez, lo habían permitido.
Pero no se sabía si pasaría de otra estrategia para aumentar la
audiencia. En Twitter, el tema #BeijaFelixENiko fue de los más
comentados de la noche.
Finalmente, a las 23.08, todos pegaron los
ojos a la tele. Niko y Félix, que ya vivían juntos, conversaron sobre
temas cotidianos en el desayuno: cuentas, problemas de familia, los
hijos que los dos comparten. Se despidieron de forma seca, con un beso
en el rostro. Pero fue solo un momento de suspenso. El tan esperado beso
tuvo lugar. Ni corto ni largo, pero costoso.
En 2014 Brasil, que
no tiene pudor al exhibir mujeres prácticamente desnudas en la tele y
escenas de sexo heterosexual con cualquier motivo, consiguió vencer el
tabú de retratar la realidad: que los gays se relacionan y se aman, como
cualquier heterosexual.
Un avance -aunque tardío- en un país en
el que 60.000 parejas del mismo sexo conviven, pero donde a menudo los
homosexuales son atacados en las calles precisamente porque sus
orientaciones sexuales no son vistas como normales. Un país que
registró, solo en 2012, 338 asesinatos homofóbicos o transfóbicos, 27%
más que en 2011. Y donde la bancada evangélica dificulta la aprobación
de una ley que transforma la homofobia en crimen. El tabú se rompió en
la televisión. La pregunta es, ahora, cuándo pasará lo mismo en las
calles.
(Fuente:
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/02/01/actualidad/1391219346_869675.html)