Los habitantes de Fukushima muestran su 'lado feliz'
Un
grupo de intelectuales japoneses ha propuesto convertir la accidentada
central nuclear de Fukushima en una atracción turística a modo de
mensaje para las generaciones futuras.
El grupo, formado por siete
académicos y profesores universitarios, busca abrir un debate sobre el
futuro de la planta nuclear y lo que representará dentro de 25 años y
para ello utiliza la prensa y sus cuentas de Twitter.
“Si queremos
mantener los recuerdos vivos, no deberíamos desmantelar la central de
Fukushima”, explicó Hiroki Azuma, uno de los promotores de la idea.
El video clip
Mientras
tanto, un videoclip donde aparecen habitantes de Fukushima bailando
para reivindicar "el lado feliz" de esta región nipona castigada por el
accidente nuclear de 2011, se ha convertido en un fenómeno en las redes
sociales en Japón.
El vídeo muestra a estudiantes, monjes
budistas, cocineros u oficinistas danzando al ritmo de "Happy" -el éxito
de Pharrell Williams- en escenarios urbanos y naturales de Fukushima,
una imagen muy poco habitual de esta región conocida internacionalmente
por albergar la accidentada central nuclear de Fukushima Daiichi.
"Incluso
después del accidente nuclear, mucha gente ha podido llevar vidas
normales y felices. Queríamos mostrar al mundo la atmósfera feliz en la
que vivimos", afirma en su blog la autora del vídeo, Hitomi Kumasaka,
realizadora aficionada y "community manager".
El videoclip,
difundido por Kumasaka a comienzos de mes, supera los 500,000 visionados
en Youtube y cuenta con una etiqueta propia en Twitter -donde también
se convirtió en "trending topic"-, mientras que su creadora ha recibido
el apoyo de decenas de miles de personas a través de su perfil de
Facebook.
200 personas
Unas doscientas
personas participaron en la realización del vídeo de forma voluntaria,
según relató Kumasaka, quien decidió llevar a cabo el proyecto tras
cansarse de las polémicas y de la "imagen negativa" o "simplificada" que
daban los medios de comunicación.
Entre los protagonistas hay un
padre de familia que aparece bailando con su esposa y su hijo pequeño, y
que decidió quedarse en la prefectura tras el accidente nuclear, pese a
su "preocupación" por los posibles efectos de las radiaciones, explica
la autora en su blog.
"Mudarse es muy difícil cuando hay que
decidir qué hacer con el trabajo y la familia. No hay una solución
clara", afirma en este sentido Kumasaka, quien añade que en Fukushima,
al igual que en otros lugares, convive "gente feliz y gente infeliz".
Otro
de los momentos más comentados del vídeo es la vistosa coreografía de
un grupo monjes del templo budista de Jorinji, que trabajan ayudando a
las víctimas de la catástrofe acaecida el 11 de marzo de 2011.
El
incidente nuclear provocó la evacuación de unas 80,000 personas en la
región, mientras que el terremoto y el tsunami dejaron más de 18,500
muertos en todo el país.