Así se quiere ilustrar la demanda turística en España
Sin duda, España siempre ha sido
uno de los destinos turísticos preferidos. Sin embargo, este año ya se habla de
que sobran los turistas. Hay demasiados y, en algunos lugares, ya no caben, tal
como “Periodista Digital” lo revela en la siguiente publicación.
Los políticos responsables del turismo en las distintas
administraciones no caben en sí de gozo. La prensa repite que es el mejor año
de la historia. Los empresarios reconocen que la rentabilidad ha mejorado. Los
sindicatos comprueban el tirón del sector en la creación de empleo.
Escribe Ignacio Vasallo en 'El Economista' que es el momento
perfecto para hacer un alto en el camino y analizar la realidad del presente
para preparar un futuro mejor.
Crece el número de turistas a un ritmo desconocido desde hace
casi treinta años, y aumenta también el gasto total de los turistas, pero a un
ritmo mucho menor hasta el punto de que en el mes de junio el incremento de los
ingresos ha sido la mitad que el del número de turistas, pero sobre todo,
disminuye rápidamente el gasto por turista. Y así llevamos desde 2004.
Un 30% desde esa fecha. Y cuanto más rápido es el ritmo de
crecimiento en el número de turistas, más se acelera la cadencia hacia un gasto
menor, con la lógica conclusión de que son los nuevos turistas, que gastan
mucho menos, los que tiran hacia abajo del gasto medio.
El PNIT, Plan Nacional e Integral de Turismo, de Turespaña,
se marcaba entre sus objetivos un aumento del 20% entre 2012 y 2016 de los
ingresos por turista, y lo que tenemos es una disminución del mismo porcentaje.
¿Nos interesa seguir así?
Ya hay grupos que discuten sobre un posible exceso de
turistas en algunas zonas, y no solo españolas. Alcaldes italianos que
solicitan ayuda o simplemente limitan el número de visitantes, allí donde se puede;
políticos, como la alcaldesa de Barcelona, que ya han tomado medidas como la
moratoria, para impedir un crecimiento desordenado, o, a diferente nivel, el
presidente del Consell Insular de Ibiza o el consejero de Turismo del Cabildo
de Tenerife que advierten de las limitaciones de sus territorios isleños para
hacer frente a las mayores demandas y, ya en el extremo, el concejal de
Cambridge que acuño la expresión "polución turística" el día después
de que por esa población universitaria pasaran 140.000 personas, muchas de
ellas chinos, que la han incluido en su tour europeo.
Dilemas
Creo que ya va siendo hora de que este asunto pueda ser
discutido abiertamente sin que unos sean acusados por los otros de ir en contra
del turismo, o los otros de cargarse la naturaleza.
Mal que le pese a una gran parte de nuestra intelectualidad,
el turismo, y específicamente el de sol y playa ha sido el principal motor de
nuestra economía y lo sigue siendo. Es uno de los escasos sectores en los que
España es una potencia mundial. Esto tiene que ser reconocido antes de empezar
con las críticas.
Pero hablemos del futuro. Tenemos capacidad para acoger a
más de cien millones de turistas. Los aeropuertos, la red de carreteras y la de
ferrocarriles, lo permiten, aunque algunos aeropuertos van al límite en gran
parte del verano y la inversión en carreteras es la menor desde hace veinte
años. Las compañías aéreas tienen capacidad y pocos destinos turísticos
alternativos y plataformas como Airbnb pueden colocar en el mercado cientos de
miles de plazas hasta ahora ociosas en gran parte del año, pero ¿tenemos
recursos naturales suficientes para atenderlos? ¿Hay bastante agua potable, por
ejemplo?
Estas son algunas de las preguntas pendientes. Hay partes
del territorio nacional que pueden acoger a la nueva clientela, incluso
destinos tradicionales como Benidorm que están acostumbrados a funcionar al
máximo de ocupación con un alto nivel de eficiencia, con una baja
estacionalidad, pero hay otros que ya están al límite. Ibiza por ejemplo recibirá
este año 20 turistas por cada habitante y con alta estacionalidad, lo que exige
disponer de infraestructuras que quedan ociosas gran parte del año. Algo
parecido, aunque en menor medida, ocurre con Menorca con 12 turistas por
habitante, o incluso con Mallorca con 10, pero con una estacionalidad menor.
Tenerife, con 'solo' seis turistas por habitante ya avisa de sus limitaciones
derivadas en parte de su carácter insular.
Hay que llevar a cabo estudios de capacidad de carga
-Barcelona ya está en ello- tanto a nivel nacional como local que nos ayuden a
determinar si un aumento de turistas puede llegar a ser económica y
medioambientalmente negativo. Y en el caso de que ese sea así, cuáles son las
medidas que pueden tomar la diferentes Administraciones, y la iniciativa
privada para que nuestro turismo sea verdaderamente sostenible y rentable.
Lo que nadie debería olvidar es que lo más importante es el
bienestar de la población local. Y eso los políticos lo tienen que saber, pues
a fin de cuentas es la que vota.
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