Hace algún tiempo, en un portal especializado de Internet, se pudo leer lo siguiente:
“En los tiempos que corren, donde las nuevas tecnologías hacen que cada día se cumpla con más amplitud la máxima de que todo el mundo tiene derecho a informar y libertad para expresarse –y, por lo tanto, todo el mundo puede ser periodista-, Brasil lo puso explícitamente sobre el papel, y la Federación Nacional de Periodistas (FENAJ) y los sindicatos están que trinan.
En Brasil, ya no será obligatoria la titulación en Periodismo para poder ejercer la profesión. Las facultades de Periodismo continuarán existiendo, pero el título que se obtiene en ellas no les garantizará a quienes lo consigan ser los únicos con opciones a un puesto en los medios.” Esto mismo ocurre en el Perú y en otros países latinoamericanos.
Y en los comentarios que siguieron a la revelación, hubo quienes sostuvieron:
· “El Periodismo camina por su tercera vía hacia la desaparición de las facultades.”
· “Lo que ocurre es que el avance tecnológico deja a los periodistas obsoletos como profesión. Cualquiera puede ser periodista con una computadora y un teléfono móvil con cámara. Puede que cometa algunos errores pero con práctica puede aprender, igual que mucha gente lo hace (albañiles, gasfiteros, mecánicos...). Y no van a la universidad.”
· “El periodismo es una profesión dignísima, pero a la que se puede llegar de muchas maneras. Dejar la profesión sólo a los licenciados en Periodismo es un verdadero secuestro de la información y de la opinión y va en contra de la misma libertad de expresión.”
· “El periodismo es un oficio que se aprende con la práctica, no en una escuela o una Facultad. Basta con tener cultura, interés e inquietud.”
Estos comentarios confirman que las nuevas tecnologías de la Sociedad de la Información están facilitando la labor improvisada en el periodismo. En Internet, a través de los blogs, personas sin ninguna preparación especializada y profesional pueden incursionar en el campo informativo. Con las nuevas y miniaturizadas cámaras y los sistemas de edición instalados en computadoras caseras muchos pretenden reemplazar la labor de los profesionales audiovisuales. Desde luego, todos ellos consideran que no requieren estudiar cinco años en una universidad, ni menos ostentar un título para hacerlo.
Por lo expuesto ha llegado, ahora más que nunca, la necesidad de refutar lo anterior no con simples afirmaciones, sino con la demostración contundente de que el periodismo posee un saber científico y que debe ser considerado como una ciencia social fáctica. De esta manera, así como nadie se atrevería a decir que para ejercer la medicina basta con ser un curandero, así también se podrá sostener que siendo el periodismo una profesión universitaria, con todo el alcance académico del caso, cualquier intruso, sin formación científica adecuada, no puede ser considerado periodista. Por ejemplo, con gran sorpresa, escuché en una emisora radial que se denominaba periodista a un ex futbolista que fungía de panelista de un programa, comentando y conversando con el público.
Gracias a rigurosas observaciones profesionales, en casi 50 años de práctica periodística, he llegado a la conclusión de que el periodismo tiene leyes, principios y normas que rigen la cobertura de los sucesos, la acción del periodista, la conducta editorial de los medios, la reacción psicológica de lectores, radioescuchas y televidentes, en un entorno que tiene que ver mucho con las realidades políticas, económicas, sociales y culturales.
En esta investigación no se acepta que el periodismo sea considerado como un simple oficio o una muestra de habilidades en el uso de tecnologías o de una simple aplicación de técnicas pragmáticas en el cumplimiento de las tareas periodísticas. Porque, de ser así, se estaría aceptando que los periodistas puedan ser formados en institutos o academias, en carreras cortas, no universitarias. O, en el extremo, como se ha expuesto, que para ser periodista no hay necesidad de hacer estudios. Tampoco se puede aceptar que el periodismo sea una actividad propia de la inspiración de artistas y literatos, tal como lo demandó el premio Nóbel Gabriel García Márquez, al pedir, en junio de este año en un Seminario en Colombia, que se le reconozca como “un género literario mayor de edad, como la poesía, el teatro, y tantos otros”.
No es nueva la discusión sobre la calidad profesional del periodismo.
El periodismo como toda profesión debe estar basado en conocimientos comprobados de acuerdo con la metodología científica y, por lo tanto, gobernados por leyes, principios y normas, al igual que toda ciencia social fáctica.
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