¿Cómo reaccionaría si se descubre debajo de su casa el féretro de una niña muerta hace 145 años?
Le sucedió a una familia en San
Francisco. Estos son los detalles:
A través de los vidrios de la superficie se podía ver el
contenido del féretro: una niña rubia con un vestido blanco de algodón hecho a
mano y adornado con delicados lazos.
La niña tenía lavanda en el cabello y en forma de cruz sobre
el pecho, sujetaba una rosa y tenía hojas de eucalipto a los lados.
Miranda Eve es el nombre elegido para identificar a la
pequeña desconocida, hasta que alguien averigüe quién era realmente.
Todo ello es señal de haber sido enterrada con mucho detalle
y cariño.
Sin saber qué hacer, el equipo de constructores llamó a la
dueña de la casa, Ericka Karner, que estaba fuera de California con su esposo e
hijos.
"Por un lado quedé en shock, obviamente, por tener el
féretro de una niñita debajo de la casa", le dijo Karner al diario
estadounidense Los Angeles Times.
"Pero tampoco es que estuviera muy sorprendida porque
conocía la historia de la zona".
Área de cementerios
La zona a la que se refiere Karner es el distrito Richmond
de San Francisco, donde a finales del siglo XIX había varios cementerios.
Con la expansión de la ciudad, las autoridades aprobaron una
serie de ordenanzas para dar prioridad a la construcción de viviendas y hubo
que reubicar a los muertos.
Durante el funeral por la pequeña hubo música y poesía.
El cementerio Odd Fellow's estaba debajo de lo que mucho
tiempo después fue la casa de los Karner.
Lo clausuraron a finales del siglo XIX y todos los cuerpos
allí enterrados fueron trasladados años después a fosas comunes en la cercana
localidad de Colma.
Pero algunos, como el de la misteriosa niña de rizos rubios,
quedaron atrás.
Quién se hace cargo
Cuando la dueña de la casa se dirigió a las autoridades para
ver qué se podía hacer, se llevó la segunda sorpresa.
Al estar en su propiedad, los restos de la niña eran su
responsabilidad.
Miembros de Los Caballeros de Colón vestidos con el uniforme
de gala portaron el féretro en el cementerio Greenlawn, de Colma.
Podía comprar un terreno para enterrarla, a un costo de
US$7.000, o pagar mucho más dinero por dejar que una empresa arqueológica se
hiciera cargo.
"¿Cómo que es mi problema cuando ellos son los que
trasladaron el cementerio y se olvidaron de alguien? Ellos deberían ocuparse de
eso", reaccionó indignada Ericka Karner.
Mientras esperaban a que alguien tomara una decisión, los
restos de la niña estuvieron durante 10 días en la parte trasera de la casa de
Karner, con el féretro sin sellar, protegidos por una caja exterior que
colocaron los constructores.
La pequeña fue enterrada en un nuevo féretro, cuya
construcción requirió más de 17 horas.
"Fue algo totalmente irrespetuoso", le dice a BBC
Mundo Elissa Davey, fundadora de la organización Garden of Innocence (Jardín de
la inocencia) que se encarga de dar sepultura a niños abandonados o sin
identificar.
Los servicios los organizan voluntarios y la asociación se
financia con donaciones.
Un funcionario puso en contacto a Ericka Karner con Elissa
Davey y gracias a ello, la pequeña pudo ser enterrada por segunda vez.
"Hicimos todo
lo posible por darle un entierro respetuoso, con gente a su alrededor. La
tratamos de la misma forma que a los otros niños de los que nos
encargamos",
Las autoridades todavía trabajan para saber quién era esa
niña, a la que de momento han bautizado como Miranda Eve.
La investigación se está haciendo a tres bandas, explica
Elissa Davey.
La parte trasera de la lápida está sin inscribir por si
algún día se llega a conocer el nombre real de la niña.
Por un lado, se tomaron tres cabellos de la pequeña para
hacerle pruebas de ADN de las que se encarga la Universidad de California en
Davis.
Con estos tests comprobarán cómo vivió y lo que comió.
Por otro lado, un investigador privado está haciendo pruebas
genealógicas para intentar encontrar algún pariente.
Y por su parte, Elissa Davey y sus colegas intentan
encontrar mapas de San Francisco de finales del siglo XIX con los que puedan
saber en qué zona del viejo cementerio estaba enterrada la niña y la conexión
con la casa bajo la cual hallaron sus restos.
Mientras se resuelve el caso y se averigua la verdadera
identidad de Miranda Eve, en la organización Garden of Innocence están
satisfechos de haberle podido ofrecer una ceremonia con música y poesía.
Sin olvidar a los más de 100 testigos llegados de distintas
partes del estado.
"Ni siquiera sabemos quiénes son", señala Davey.
"Vinieron porque escucharon la historia y querían estar
allí para representar a la familia y asegurarse de que era enterrada
adecuadamente".
No hay comentarios:
Publicar un comentario