Manifestantes protestan contra el traslado cantando el himno
Al parecer a
la presidenta Cristina Kirchner le ha salido la vena antiespañola, al estilo de
los chavistas, los castristas y otros bolivarianos. También una súbita fiebre
contra los italianos, que están que trinan con ella.
El asunto ha
sorprendido a muchos. Se sabía que la presidenta no estaba conforme con el
monumento a Colón emplazado en la plaza de detrás de la Casa Rosada que veía desde su despacho personal, y
que había ordeno de desmontar la estatua
y trasladarla a Mar del Plata.
Las
intenciones de la caprichosa mandataria chocaron con los deseos del gobierno de
la Ciudad, que maniobró hasta lograr una orden judicial prohibiendo "actos
que impliquen el desmantelamiento y traslado" de la figura.
Pero a la
presidente argentina la ley y las decisiones judiciales que no le favorecen le
importan poco y confirmó el retiro de la estatua de Cristóbal Colón
situada desde hace décadas detrás de la Casa Rosada, la sede presidencial en
Buenos Aires.
Y no lo ha
hecho respondiendo al clamor popular o a una decisión colectiva de los
representantes del pueblo, sino en medio de una agria disputa con el Gobierno
de la capital sobre la propiedad del monumento.
La escultura
del navegante permanece tumbada sobre una tarima, junto a su vacío pedestal
después, de que el sábado 29 de junio de 2013 fuera bajada por orden de la
presidenta Cristina Fernández, que alega
que la intención es que sea restaurada.
La estatua
de Colón estaba desde hace meses rodeada de cuerdas y andamios mientras se
debatía su posible traslado a la ciudad costera de Mar del Plata, tal y como
había decidido el Gobierno argentino.
El monumento
iba a ser reemplazado por otro dedicado a la guerrillera de la Independencia
Juana Azurduy, natural de Sucre (Bolivia), financiado con un millón de dólares
donados por el Gobierno de Evo Morales.
Patrimonio de Buenos Aires
Sin embargo,
cuando comenzaron los trabajos para desmontarlo, el Gobierno de la ciudad,
encabezado por el opositor Mauricio Macri, reclamó la propiedad al alegar que
el monumento era patrimonio histórico y cultural de Buenos Aires.
La figura
del que es considerado el primer europeo que llegó a América ha sido testigo de
enfrentamientos estos meses entre legisladores nacionales y capitalinos, a los
que se sumaron representantes de la colectividad italiana en Argentina,
quienes, junto al Gobierno de ese país, financiaron la estatua de Colón.
La escultura
fue obsequiada a la ciudad de Buenos Aires en 1921 para agradecer la
hospitalidad de los argentinos hacia los inmigrantes, por lo que posee un
significado especial para la comunidad italiana.
A primeros
de mes, y por orden judicial, se decretó que el Gobierno nacional no podría
«concretar cualquier acto que implique el desmantelamiento y traslado del
monumento».
El Gobierno
capitalino ha anunciado que seguirá intentando evitar que la llamada 'Reina del
Botox' imponga a los bonaerenses su criterio y haga que el gran navegante sea
trasladado a Mar del Plata.
Tanto desde
el Gobierno porteño como desde la ONG Basta de Demoler anticiparon que hoy
recurrirán a la Justicia para impedir que se lleven el monumento.
Hasta han
puesto un par de guardias de vigilancia permanente, para evitar el atropello.
Estatua muy querida
El Monumento
a Cristóbal Colón se encuentra situado en la ciudad de Buenos Aires, en el
Parque Colón, entre la Casa Rosada y la circular Avenida de la Rábida.
Su
construcción fue impulsada por un próspero inmigrante italiano, Antonio Devoto,
como obsequio de la colectividad de ese país a la República Argentina en el
Centenario de la Revolución de Mayo.
Obra del
escultor italiano Arnaldo Zocchi, la piedra fundamental se colocó el 24 de mayo
de 1910 y fue inaugurada en 1921.
El peso
total del monumento es de 623 toneladas y su altura de 26 metros. La columna
central está hecha en un solo bloque y sostiene la estatua de Cristóbal Colón,
de 38 toneladas de peso y 6,25 metros de altura, esculpida en el famoso mármol
de Carrara.
La totalidad
del monumento fue realizada en Italia y fue desarmado para transportarlo hasta
Buenos Aires donde el propio Zocchi se encargó de dirigir la obra de montaje.
En su base
hay grupos escultóricos inspirados en los versos de Medea, la obra de Sófocles,
que representan a "La Ciencia", "El Genio", "El
Océano" y "La Civilización".
Hay además
imágenes relacionadas con la vida de Colón junto a unas alegorías que representan
"La Fe" y "El Porvenir".
Una puerta
en su base lleva hacia una habitación circular que iba a albergar un museo
dedicado al navegante pero que nunca se realizó (desde Italia había llegado una
piedra de la casa natal y una parte de columna romana para que formaran parte
del mismo).
(Fuente: www.elnuevoherald.com)
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