La hermana
católica llevaba medio siglo de servicio religioso sin tacha alguna. Mary Anne
Rapp, de 68 años de edad, se dedicaba en cuerpo y alma a las parroquias
neoyorquinas de St. Mary, en Holley, y en St. Mark, Kendall, y nada hacía
sospechar que llevaba una conducta impropia de su condición.
Y es que
nadie sabía que llevaba cinco años -desde 2006 a 2011- escondiendo bajo sus
hábitos gran parte de las colectas de las misas y de las donaciones de los
feligreses, y que se lo gastaba todo en los casinos al oeste de la ciudad a
causa de una ludopatía incontrolable.
UNA AUDITORÍA LO DESTAPÓ TODO
Un buen día,
y tras una auditoría, los trapos sucios salieron a la luz y fue arrestada
acusada de robo, tras comprobarse cómo se había gastado a las cartas y a la
ruleta 130.000 dólares.
Tras admitir
los hechos y ser llevada a juicio, el fiscal del Condado de Orleans, Joe
Cardone, acaba de anunciar, tal y como recoge Univisión, que ha sido condenada
a 90 días de cárcel y que, además, deberá prestar cuando salga 100 horas de
servicio comunitario y pagar el dispendio.
En el fallo
se reconoce que ayudó a muchas personas y causas sociales, aunque se alega para
justificar la pena que "no podemos ignorar el hecho de que asumió una
conducta deshonesta".
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