El rey Juan Carlos fue recibido con una gran silbatina por
el público del Buesa Arena de Vitoria -con capacidad para 15.000 personas-
antes de la de Copa del Rey de baloncesto que se disputó en la ciudad vasca y
que ganó el Barcelona.
Instantes antes del partido, cuando ambos equipos se
disponían a situarse en el centro de la cancha para recibir al rey y escuchar
el himno español, los aficionados comenzaron una sonora pifiada que no finalizó
hasta el inicio del encuentro.
El rey, que presidía el palco de honor desde el que entrega
el trofeo al ganador, aguantó durante
casi un minuto los gritos de "fuera" mientras saludaba amablemente a
los asistentes, algunos de los cuáles le recibieron con aplausos.
La silbatina se produjo un día después de que la coalición
EH Bildu criticara la visita del rey a Vitoria y advirtiera de que no sería
bienvenido.
"Representa a una institución impuesta,
heredera del franquismo, ficticia y que no es representativa de Euskal Herria
(País Vasco)".
"Es el
símbolo de la negación de Euskal Herria como pueblo y que el marco
constitucional impuesto es el mejor ejemplo de esa constante vulneración de
derechos que sufre este pueblo".
No es la primera vez que el rey es recibido con pitos en un
evento deportivo. En mayo de 2009, aficionados de Barza y Athletic aprovecharon
la final de Copa de fútbol para mostrar su rechazo a la monarquía y al himno
español.
(Basado en Periodista Digital)
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