Alemania requiere
hasta 2020 casi 2 millones de trabajadores extranjeros para lograr el
equilibrio entre la demanda y la oferta en su mercado laboral.
Hasta 2035
se prevé que Alemania demandará 4
millones de trabajadores extranjeros. Estos datos son proporcionados por la
fiable Asociación de la Industria de Baviera.
El
suplemento económico Mercados de El Mundo publica cómo Alemania ha llegado a
convertirse en una máquina de creación de empleo.
Alemania es
el quinto país más competitivo del mundo según el Foro Económico Mundial.
La fórmula germana
Este nivel
de competitividad lo ha logrado a base de contención salarial, aunque es cierto
que también reducen sus costes por mano de obra, ubicando parte de la
producción en países de Europa del Este con una mano de obra más barata.
Otro de los
éxitos de Alemania es haber conseguido un mercado laboral flexible en el que
los salarios se pueden adecuar al contexto económico con rapidez.
Además, el
sistema en Alemania desincentiva el desempleo, equiparando el paro a partir del
primer año a las ayudas sociales a los indigentes y excluyendo a quien rechace
reiteradamente ofertas de trabajo, aunque sean en una ciudad diferente al a de
residencia.
Otro pilar
del modelo alemán es la productividad, las empresas alemanas producen más y
mejor, lo que conlleva a conseguir bienes y servicios más competitivos.
Sin salario mínimo
En Alemania
no hay un salario mínimo legislado y el 20% de los alemanes cobran menos de 9
euros la hora.
Esta
productividad y moderación salarial ha desembocado en una estabilidad de
precios que permite a los agentes económicos planificar sus inversiones y sus
modelos de vida.
Además, es
bien sabido que los alemanes son grandes ahorradores, su tasa de ahorro alcanza
el 12% lo que permite al país, entre otras muchas cosas, tener capacidad de
financiación respecto al exterior.
Muchos
países usan el excedente de ahorro alemán para realizar sus inversiones, con un
inconveniente para estos Estados, se están endeudando con Alemania, mientras
que los germanos se convierten en sus acreedores.
El resto de
pilares sobre los que reside el éxito alemán son una estabilidad política
prolongada en el tiempo, la inversión en innovación para seguir mejorando y
siendo más competitivos; un sistema educativo pensado por y para la empresa,
son las empresas, en función de las vacantes, las que determinan la cantidad de
plazas escolares y el temario más adecuado para las necesidades del país.
Además, en
Alemania se piensa siempre en el largo plazo, los cambios son analizados y
sopesados para perdurar y permitir estabilidad y crecimiento a largo plazo.