Una británica paralizada del pecho para abajo tras un accidente de
hípica se ha convertido en la primera persona que utilizará de forma permanente
un exoesqueleto biónico para poder andar, un dispositivo que hasta ahora sólo
se utilizaba en hospitales y centros de rehabilitación.
Claire Lomas de 32 años es la
primera que se lleva el traje 'ReWalk' a su casa para darle un uso diario,
después de haberlo utilizado previamente durante 16 días para participar en la
Maratón de Londres, lo que le sirvió para recaudar unos 253.000 euros para
investigar la espina dorsal.
Su esposo Dan Spicer, 37, la acompañó durante todo el
recorrido. Su padres y su hijita Maisie de un año también estuvieron en casi toda la ruta.
Además, se encargó de encender el pebetero de los Juegos Paralímpicos
de Londres en Trafalgar Square.
La beneficiaria ha reconocido que las actividades rutinarias le
resultan muy gratificantes, ya que estar de pie "lo es todo" para
ella.
"Una de las mejores
experiencias fue estar de pie en un bar".
Larry Jasinki, consejero delegado de Argo Medical Technologies, la
empresa que desarrolló el traje, ha explicado que al principio estaba nervioso
por apoyar la participación en la carrera porque el traje aún estaba en
pruebas, pero Lomas dijo que había aguantado bien.
"El traje fue muy fiable
en el peor clima, y 17 días después llegué (a la meta)".
La persona que lleva el exoesqueleto lo activa inclinándose para
indicar su deseo de dar un paso.
Además de soportar el peso del cuerpo, permite al usuario subir o bajar
escaleras, así como sentarse o estar de pie de forma independiente.
El dispositivo cuesta unos 57.000 euros, y aunque se están realizando
estudios clínicos que podrían respaldar la idea de que las autoridades
sanitarias financien la compra del dispositivo, sus desarrolladores indican que
los ahorros en el tratamiento de problemas de salud relacionados con la
inactividad podrían compensar el coste.
Los pacientes paralizados son propensos a sufrir heridas de presión y a
perder densidad ósea, así como a problemas relacionados con una mala postura.
Jasinski estima que el coste de tratar estos problemas oscila entre los 500.000
y los 3 millones de dólares a lo largo
de la vida del paciente.
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