El humor político funciona siempre y funciona mucho en todas
partes, en cualquier época. El humor político es uno de los síntomas más
fuertes de libertad de expresión. Las dictaduras no toleran el humor político.
No se quejan de él. No lo refutan. Lo prohíben
.
Algunas veces actúa como la voz crítica de la sociedad hacia
las acciones de los políticos de turno poniéndose en el lugar de la gente,
comprendiendo sus problemas, interpretando sus necesidades y reflejar esto en
su creación. Otras veces tratan de despertar la conciencia mostrando al público
los errores y/o las irregularidades que cometen los funcionarios públicos en su
accionar. Su objetivo es llegar a la verdad a través del absurdo.
Este arte ha evolucionado con el correr del tiempo. Así como
los otros, fue cambiando su forma de expresión en función de la generación de
nuevos medios de comunicación, los cuales se han visto influenciado por la
tecnología.
En sus comienzos este humor se podía encontrar en diarios y
revistas, pasando luego por la radio y la televisión, y llegando en la
actualidad a redes de comunicaciones como Internet.
La difícil y crítica situación económica española ha
motivado numerosas manifestaciones del humor gráfico en la península, en una
categórica demostración del impacto de ese periodismo desenfadando y hasta
irrespetuoso. Mariano Rajoy, Presidente del Gobierno, es el personaje favorito.
Aquí algunos ejemplos
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